5 de marzo de 2017

VETADA LETRA 17;RETO#20 EL LIBRO DEL ESCRITOR.

RETO#20 VETADA LETRA 17.


VETADA LETRA 17


RETO#20 EL LIBRO DEL ESCRITOR.


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VETADA LETRA 17

Camino escoltada con un hombre y una mujer a cada lado, los conozco son mis vecinos, ellos también, igual me evitan mirar a los ojos, como si fuera menos que un ser humano, me fuerzan a sentarme en el banquillo, a la derecha del juez, las lagrimas caen de mis mejillas, me han descubierto utilizando mis habilidades sobre el fuego.

Cierran la entrada de madera y se quedan frente a mí, como si esa ridícula barrera lograra salvarles de mis habilidades «muere con dignidad Silvia».

Uno segundos se van, las ruidosas y viejas entrada s de madera decorada con flores se abren de forma automática, siguiendo los rieles en suelo, el juez con su ridículo bisoñé blanco sale del interior de la sala contigua, con un aire de dignidad y nobleza.

«Can maldito y bastardo»—bastardo—.murmuro entre dientes.

Todos los llamados se levantan, amigos, vecinos, docentes, doctores, colegas, los malditos que mandaron a la horca  a mi marido e hija, gracias al crimen del que se me acusara.

Las murmuraciones comienzan, como si disfrutaran de mi dolor. —que hable el inicial testigo—.el salón resuena gracias al martillar de su mazo, todos se callan.

Un hombre de bata blanca se levanta, de los bancos de madera, reconozco su gruesa y ojerosa cara es un colega de mi marido, él me contaba que se dedicó a la medicina, queriendo demostrar que tener estas habilidades no era una sentencia de ser malo, que éramos también lográbamos ayudar como cualquier otro ser humano.

Hasta que un día lo vieron usar sus habilidades, debía esterilizar una herida de guerra, el enfermo vivió gracias a él, con una herida que de otra forma lo hubiese sentenciado a morir, el no.

—Sabe su señoría—.le hace reverencia. —yo trabaje con el marido de esta mujer—.lo dice dudando como si no fuese un ser humano, como si fuese un demonio, un engendro.—como se verifico en el juicio anterior tristemente la familia entera está condenada bajo la maldad del diablo.

Me levanto de un salto, brinco y atravieso la valla, sin embargo me toman de los brazos y someten contra el suelo, las lágrimas salen de mi control, comienzo a llorar. —bastardo, como lo traicionaste, era tu amigo.

El niega con la cabeza, tan veloz como las murmuraciones comienzan, el juez vuelve a resonar su martillo, se callan.

Me dan varios codazos, hasta que finalmente logran sentarme, ya no se van, se quedan a mi lado, vigilándome.

Tenso las manos, la idea corre dentro de mi mente, me quitaron a mi familia, ahora sabrán lo que se siente, luego recuerdo que si lo hago no seré mejor que ellos, destenso las manos.

Él se acomoda la corbata a rollizo cuello, como si no hubiese sucedido nada.

Tose. —yo fui testigo de cómo utilizo sus habilidades al encender una bola de fuego que levitaba en su mano.

Que más me quedaba hacer me echaron de mi casa, congelaron mis vienes económicos y todo me cerraron sus entradas, me volví vagabunda y el invierno llego, era eso o morir congelada.

«Que ironía ahora moriré bien calentita».

—gracias al darnos su testimonio, ahora debe sentarse—.dice el juez haciendo un ademan, el hombre asiente y se sienta.

—levántese el siguiente testigo—.en segundo, una encorvada y vieja mujer se levanta, la reconozco es esa insidiosa chismosa, que vivía en la casa frente a la nuestra, la miro con odio, ella evade mis morados ojos.

—yo vi a este engendro, usar sus habilidades de…—el juez se levanta y descalabra con un gran eco el martillo sobre la dura mesa, callándola

—cuide su lengua, o tengo la facultad de hacer que se la corten—.se lleva la manos a sus resecos labios cómicamente, tiembla. —sabe que ese término está vetado—.asiente.

—Me excuso su señoría—hace una venia nerviosa, el juez asiente—como decía esta bruja, uso sus habilidades, creando animales de fuego, con el fin de entretener a su bastarda…hija
«Yo la mato». Tenso las manos y el fuego comienza a cubrirla.

—como te atreves a manchar el nombre de mi niña, vieja zorra—.digo luchando queriéndome levantarme, sus rectos brazos me lo dificultan, me siento, cuando la gente se aleja de ella y la deja quemándose, rogando y rezando, gimiendo como la zorra que es.

—Malditos cobardes, matan y sentencia todo lo que no entienden—.digo señalándolos con la mano en llamas.

Algunos me evaden, otros agachan la mirada.

—se da cuenta acusada Silvia, que este hecho corrobora su sentencia y así—.choca el mazo hasta que la gente se calla. —será sentenciada a morir en la hoguera.

Entre gritos e insultos, el juez  logra regresar el orden.

Siento si me estrujaran la vida, como un bofetada seca, que me hiela de adentro hacia afuera, me consuela saber que volverle a ver mi familia.

Lágrimas, caen hacia el suelo frio y forma un charquito, entonces las gruesas entradas del recinto tiembla y estremecen, levanto la mirada y veo gratamente asombrada como estas comienza a desintegrarse en el fuego.

—hola mis criaturitas del señor—.dice un esqueleto envuelto en llamas con forma de mujer. —he venido a tráele la oferta de mi señor Mr.coch.

Un lagarto emerge detrás de ella, esta erguido y bien vestido, la gente está temblando y levantada.

Un hombre delgado correr hacia la salida, en segundos es reducido a cenizas, gracias a las enorme llamarada que libera el ser de fuego.

—Donde están mis modales mi nombre es belcebú—.dice riéndose roncamente, el lagarto sonríe.

—bruje—.grita desaforada una mujer, ella se gira y con sus vacías cuencas la mira, haciéndola temblar.

—Habla correctamente, idiota—.hace un alto y una gran bola de fuego emerge de su esquelética mano. —no soy una bruja, soy un demonio, y el venido a reclamar tu alma. —la carboniza, hasta hacerla cenizas.

—Ahora yo no soy mala, vengo con una oferta, el grandísimo ser que me escolta—.él le gruñe como si no le gustara ese término, ella se estremece.

Tose, bueno deja salir una llamarada de su mandíbula—arrodíllense ante él, alábenlo, venérenlo, su salvador ha llegado, solo así les absolverá sus miserable exigencias.

Nadie lo hace.

Finalmente el juez tembloroso se levanta. —no tienes autoridad aquí demonio, estamos bendecido gracias a los dioses—.arremete.

—dioses que los dejan sufrir, que malvados, si se une a nosotros, serán eterno y consagrados como yo—.el lagarto le lanza una mirada asesina.

—adema mi autoridad esta sobre los dioses, viene de Mr.coch—.lo señala y le hace reverencia, él sonríe mostrando sus afiliados y delgados dientes.

Nuevamente nadie se arrodilla, salvo yo, me sonríe.

—Que así sea—.levanta ambos brazos y los extiende formando flamas en estos—.amen.

Todos arden, gritan, mientras sus rostro se derriten, lloran rogando misericordia de los dioses, su oraciones caen y se disuelven en la llamas, mueren calcinados y temerosos.

Veo regocijada como el bastardo del juez se consume en el fuego, rogando. —te lo mereces—.sonrió.

Estoy libre, los que me retenían, son cenizas llevadas en el frio viento.

Solo quedamos los tres.

—levántate, ¿Cuál es tu nombre?—lo hago—Silvia—digo secamente, ríe regocijada

—bien Silvia, reconoces  servir a mi señor Mr.coch—.asiento.

Comienza a caminar hacia mí, cuando están a un metro se detienen.

— ¿Qué sucede?—.digo nerviosa.

—no eres digna—.sentencia el lagarto. —no es digna—.insiste a su escolta.

—mi señor, ella tiene la habilidad, también—. « ¿También quieres decir que ella fue como yo?».—es inocente—.el ríe con tiranía

—Eh vivido millones de año y me eh instruido de cada ser que destruí al negarse ante mí, que no existe inocencia—.me mira con asco. — como no existe justicia, más que la que hace con tu manos—.mes señala con su largas y negras garras. —ahora mátala o serás indigna de mi don.

Ella se acerca hacia mí, casi con ternura. —lo siento, si te sirve de consuelo, te considero inocente—.asiento.

—está bien, es tu trabajo, igualmente mi familia ya está muerta, solo es una forma de reunirme con ellos—.le argumento con miedo y a la ves alegría.

Asiente. —será breve tu dolor, cierra los ojos—.lo hago.

Siento el fuego recorrer mi ser, liberándome del dolor.

Mientras todo se oscurece y termina, sé que en breve estaré con mi familia, sonrió.

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