11 de marzo de 2017

SALUDOS TARTITA;RETO#26 EL LIBRO DEL ESCRITOR.

RETO#26 SALUDOS TARTITA.


SALUDOS TARTITA


RETO#26 EL LIBRO DEL ESCRITOR.


PREMISA:Escribe una historia en la que retrocedas al pasado y seas tú el protagonista.

 

SALUDOS TARTITA

Me acomodo el puño de la camisa, mientras levito en el espacio vacío, cuando leí este reto no supe cómo abordarlo correctamente, espero estarlo haciéndolo bien, comienzo a alisar mi ropa, cuando el vórtice dimensional se abre a metros de mí, de este cae Silvia.—saludos tartita—.le digo y ella me mira nerviosa y confundida, le sonrió.

Comienza a retroceder apoyando las patas con fuerza en la nada, de este lugar vacío y baldío lugar donde nos encontramos.

— ¿Dónde demonios estoy?—.pregunta alargando las palabras, como si en el fondo no quisiera saberlo, le sonrió.

—Bienvenida al limbo, un lugar fuera del conglomerado de ideas que conformar el cosmos donde existes—.se detiene de golpe, tratando de procesar mis palabras.

—tranquila cuando este reto termine no recordaras nada—.ella trata de contestarme pero empieza a tiritar y frotarse el cuerpo con su manos en un intento de mantener el calor.

—Hace demasiado frio aquí—.dice alargando las palabras, sin dejar de temblar.

—me disculpo detesto el calor—.la ropa cubre su delgado cuerpo con un pensamiento y ella suspira.

Tontamente se pone de pie, como si recobrase la movilidad de sus extremidades, cuando logra erguirse, me mira con sus enormes ojos morados y se acomoda la bufanda de algodón.
—Que quisiste decir con reto—.me dice con curiosidad.

—bueno en otra circunstancia callaría, pero como dije olvidaras todos cuando esto concluya, en forma simple todo tu cosmos, toda existencia dentro de las cincuenta y dos realidades solo son productos de mis pensamientos—.ella sonríe toscamente.

—es normal sentir miedo, cuando te dicen que tu existencia es solo el pensamiento de otro ser—.prosigo tratando de calmarla.

—Entonces solo soy un pensamiento—.tose con fuerza, pero no por el frio. —Pensamiento tuyo—.asiento y se echa a reír.

—mira humano, te agradezco que me hayas sacado de ese infierno, pero no creo tus estupideces—.dice con una mueca de superioridad.

Sonrió y con un pensamiento el vacío lugar se convierte en un largo corredor con vigas de piedra clara que levitan hay cincuenta y dos, miden unos tres metros cada una, sobre esto levitan la mismas cantidad de perfectas esferas cada una conteniendo una dimensión.

Su expresión se borra y ahora me mira con incertidumbre.

—Ahora me crees, Silvia— .ella asiente sin cerrar la mandíbula, sus largas orejas han caído un poco.

—una botana—.le pregunto por cortesía, esta demasiada sorprendida, como para contestar, pienso y parece un bol en sus manos con pasas y maní, ella baja la mirada al sentir el peso, segundos después vuelve a levantarla, finalmente cierra sus labios.

Por mi parte me llevo de una en  una la botana a la boca, sosteniendo el recipiente con una mano, aunque sé que non son reales me permito saborearlos.

Ella hace lo mismo, una sonrisita se dibuja en sus labios al sentir el sabor dulce y salado.
—que son esas esferas—.señala con la mano, una a su lado y mira como resplandece por turnos.

—Son cada una de las cincuenta y dos realidades que conforman tu cosmos—.ella asiente.

—Entonces tú las creaste todas—.asiento. —ya entiendo por qué tienes ojeras tan marcadas—.le sonrió por cortesía. — ¿duermes y cuanto si lo haces?—.pregunta con avidez llevada de su anterior afirmación.

—claro que duermo soy humano, bueno entre seis y siete horas más o menos, sin contar los días que tengo insomnio—.ella me  mira curiosa y veo su labios moverse, preparándose para lanzarme otra pregunta.

— ¿Qué pasa cuando tienes insomnio?—.terminad de preguntarme.

—pues nada asombroso no duermo—.me lanza un mirada asesina.—así que para no desperdiciar el tiempo me pongo a leer, estudiar o escribir a veces me tarda dos días en volverme el cansancio y entonces duermo como un tronco—.ella se ríe.

— ¿Entonces escribes?—.va retomando la confianza.

—claro sino tu cosmos no existiría—.le digo y sin querer sueno frio, ella se retrae.
—háblame mas de esos retos—.dice encogiéndose de hombros.

—Bueno son cincuenta y dos retos—.le señalo las realidades a escala sobre nosotros. —El reto es auspiciado por LiterUp o el libro del escritor—.ella se rasca el mentón por debajo de la bufanda. —hay varias modalidades para participar.

Hago una pausa y llevo un montoncito de botana, comienzo a masticarlo, mientras Silvia me mira expectante.

— ¿Entonces cual elegiste?—.dice sin esperar a que termine de comer.

—pues la modalidad de cincuenta y dos días escribiendo o un reto por día—.ella se sorprende.

—Ya veo por qué tienes esas ojeras—.le sonrió.

—si pero hago esto como entrenamiento y además porque amo hacerlo—.recalco esta palabra, ella asiente.

—sabes siempre imagine que si existiera alguien dirigiendo nuestro destinos…

Toso con fuerza y se detiene.

—cariño yo no dirijo sus destinos, sólo le doy las carta, ustedes eligen como jugarlas, todo su dolor, toda su alegría, depende y parten únicamente de cada uno de ustedes—.ella me mira desconcertadas.

—Ustedes entonces hay más, digo aparte de Silvia, la chica en tinieblas y Sara—.dice esto último como si escupiera algo doloroso.

—claro que sí, el tuyo es uno de muchísimos cosmos que eh creado a lo largo de mis años, así que si hay cientos de personajes, todos diferentes y ala ves todos con una cosas en común—.ladea la cabeza, haciéndole ver dulce.

— ¿EL QUE?—.pregunta finalmente.

—todo comparten un ínfima parte del autor o escritor es decir de mí, después de todo la mente humana no puede crear algo de la nada, siempre se deben tener conocimientos previos ya sean vividos o aprendidos—.ella asiente con algo de sorpresa.

—cuanto conocimiento—.pregunta expectante.

Por un segundo alejo el escenario anterior y le levo hasta un gigantesca biblioteca bien iluminada, donde estantes de libro se proyectan hasta donde se pierden la vista, entre cada uno hay ascensores y balcones de madera repujada, para acceder a los diferentes niveles.

Ella mira asombrada, dejando caer el bol, que desaparece en la nada.

—Lo siento—.dice algo ruborizada.

—no te preocupes no es nada, puedo hacer aparecer otro si quieres—.ella niega con la cabeza y su largas orejas se mueven curiosamente, yo asiento.

—entonces esto es todo lo que has aprendido—.dice algo sobrecogida.

Me rio. —esta es solo una sección pequeña de la biblioteca principal.

—Entonces por qué tanto empeñado en aprender autor—.remarca esa palabra y en cierta forma ciento que mi ego se regocija.

—nunca sabes cuándo saber algo te puede salvar la vida, después de todo a veces solo utilizas un conocimiento una sola vez, pero ya por ello se justifica aprenderlo.

Hago una pausa mientras recuerdo algo, Silvia ve como velozmente un libro desciende de un punto indeterminado en lo alto, hasta mis manos lo tomo y con gratitud lo abro y leo:

“La manzana no puede ser vuelta a poner de nuevo en el árbol del conocimiento; una vez que empezamos a ver, estamos condenados y enfrentados a buscar la fuerza para ver más, no menos. Arthur Miller”

Cierro el libro con respeto y este se proyecta de vuelta a su lugar de descanso hasta que vuelva a necesitarle.

—Entonces todo esto es necesario—.dice girándose sobre si, refiriéndose a la incalculable cantidad de pensamientos.

—Claro que sí, para cada reto es necesario conocimientos anatómicos, estructurales, matemáticos, estadísticos entre otros más o de los contrario los lectores se aburrirían—.se detiene en seco y se me queda viendo, como si hubiese roto u hechizo mágico.

—entonces hay más humanos creadores de cosmos—.pregunta con genuina curiosidad, que de proyecta a través de su mirada.

Asiento. —por supuesto, cada persona en un misterio en sí misma y a miles de millones coexistiendo haya afuera—.señalo un punto indeterminado.

—Alguna de estas son lectores— «eso espero Silvia, sinceramente».

—Así es y son ellos lo que en cierta forma deciden quienes de ustedes se queda y quienes desaparecen—.su mirada se trunca y el miedo aparece.

— ¿Y que ha decidido para mí?—.pregunta, temiendo la respuesta.

—lo siento Silvia, pero eres un personaje secundario así que es sumamente probable que termines muriendo, si es que los lectores no empatizan contigo, así como Sara y Silvia psicópata.

Cuando termino de hablar agacha la cabeza y comienza a temblar como si reprimiese odio y temor.

—Lo sé no es bonito, pero la ficción debe emular a la realidad—.le digo cortésmente, ella me hace la peineta, oprime un grito y termina llorando.

Me acerco hacia ella, y pongo el brazo sobre su hombro, lo aparta con furia, entiendo la indirecta y retrocedo.

— ¿Puedo verles?—.pregunta despacio, yo asiento.

La biblioteca desaparece y estamos en una sala con una fila de cuan en ella duermen sus bebes, aparece paco cargando los biberones, ella sonríe, entre su lágrimas.

Se sobresalta cuando se ve así misma entrando por la puerta entreabierta.

—pero que carajos—.dice al viento y me lanza una mirada de incertidumbre.

—Esto ya paso, aunque los pensamientos son atemporales así que fácilmente esto ocurre ahora u ocurrirá en el futuro—.esta confundida. —solo quédate con lo de ya paso, estás viendo un recuerdo—.digo después de un segundo buscando la palabra apropiada.

—vale, ¿pero volveré a estar con ellos?—.dice casi suplicando, congelo la escena y paco se queda mirando a la nada, pero pareciese que nos mirase fijamente.

—Como te dije Silvia, yo solo les doy las cartas, ustedes las juegan—.ella vuelve a temblar, enfureciéndose.

—déjate de rodeos y contéstame maldita sea, los veré o no—.respiro profundamente y medito mis palabras, al final me decido al saber que le hare olvidar todo al terminar esto.

—no—.ella se desmorona. —lo siento Silvia, pero no concebí dentro de la trama general que eso pase, ya que eres un secundario a los lectores no les importa demasiado, si tienes un final bueno o no—.está llorando.—si te sirve de consuelo, ellos seguirán existiendo al menos hasta que todo esto acabe.

Levanta la cara, me mira y luego me evade, se levanta temblorosa hacia la proyección de paco, apoyando su pata sobre la superficie que hace olas por el toque.

— ¿Por qué sus ojos son iguales a los tuyos?—.pregunta secamente.

—ya te lo dije hay algo de mí, aunque ínfimo, en cada personaje que creo—.digo condescendiente.

—Has visto jurassic park, pues como ellos completaban el ADN con otras cosas, así aparte de mi pequeñísimos toque, complemento con conocimiento externo, por eso es importante documentarse—.asiente apartando lentamente la mirada de paco, como si supiese que probablemente jamás vuelva a verle.

—Como me hiciste—.dice señalándose, hago memoria, frotándome el mentón.

—Bueno te aporte una fracción de mi resiliencia, pero mayormente por los recuerdos de una ex amiga—.ella ladea la cabeza confundida.

— ¿Tu amiga era una coneja?—.no puedo evitar reír con fuerzas.

—no Silvia, ella es humana, un bastante guapa por cierto—.asiente, comprendiendo mi repuesta.

— ¿Entonces tenía los ojos de color malva?—.dice acercándose a mí.

—Eran de color caramelo—.digo sin poder disimular una sonrisa boba.

 —eh, por qué dijiste ex amiga, ¿ahora son algo más?—.dice lentamente y con picardía.

—Nada que ver—.digo rápidamente. —bueno hubo algo pero se detuvo pronto, ya sabes las típicas diferencias, así que poco a poco nos alejamos y ahora cada uno está por su lado—.su sonrisa se borra.

—Oh entiendo—.dice como si hubiera algo de que avergonzarse.

—Bueno, pasemos a otro tema, ¿te gustaría ir al pasado de una historia?—.ella echa un último vistazo a la escena detenida, como despidiéndose de algo que no podrá ser y asiente rápidamente, como sin darse tiempo a pensar.

Pienso y regresamos  la sala de pilares, con un movimiento de mano hago que una esfera se acerque hacia a mí.

—Tómala—.le grito a la vez que se la lanzo, ella titubea y la coge torpemente hasta que finalmente la estabiliza.

— ¿Este es un reto?—.pregunta y yo asiento.

—El número veinte siete para ser exacto—.asiente.

—Y que se supone que hagamos—.dice acercando sus hermosos ojos morados a la esfera, que titila levemente.

—bueno ahora pensaremos de que ira la historia, se supone que trabajaremos en el reto que tiene como premisa el camino de un mujer para ser heroína—.ella asiente.

—ahora debemos pensar en cómo crear una trama en base a eso, rápido dime lo primero que se ocurre—.le lanzo la pregunta como si fuera una bala.

—Perrito, silla, camisa—.dice rápidamente, como si la esquivara, me rio.

—Ok no es mucho pero trabajare con eso—.pienso unos segundo no se me ocurre nada.
—que pasa escritor—.pregunta irónica, le lanzó una mirada asesina.

—vamos a relajarnos para que las idea fluyan, ¿conoces el rap?—.ella niega. —No importa ahora si—.sus ojos iluminan mientras cambio su historia para que si lo conozca.

—Qué esperas lánzate unas rimas de alguno que recuerdes—.ella asiente y comienza:

“…Un mano a mano para huir del ataúd,
cuando la soga te aprieta mejor llama a Saúl.
Lo di todo por la familia y por mí, mi meta azul
era mi registro, mi marca, mi Baby Blue.
Tu producto es malo, como el chileno de Gus Fring.
Yo soy la felina, soy ricino que marca tu fin.
Represento hierro, litio, sodio.
Represento ingenio, fallos, odio.
Mike me enseñó a no andar con medias tintas, y así fue.
Mandé a reparar este parabrisas y acabé
formulando mi principio de la incertidumbre
de si acabaré en el fango o brillando en la cumbre…
BREAKING BAD RAP - Di mi nombre | Keyblade”

—pero qué demonios paso—.dice cuando  ha perdido el ritmo.

—solo un cambio en tu historia, diminuto por cierto—.digo sonriéndole, ella me mira algo sorprendida, pero finalmente me devuelve la sonrisa.

—qué te parece si escribo una historia que vaya de una chica internada con camisa de fuerza en un psiquiátrico que su sueño sea velar por los perritos maltratados con sillas—.se ríe.

—No es que me haya dado gran material, además es solo un borrador—.le lanzo una mirada asesina peros e echa reír.

Mientras se desvanece, todo se desvanece y me quedó solo, recordando que tan solo son pensamientos de mi mente y que hay lectores que esperan por la próxima historia, camino hacia la puerta de salida que eh echo aparecer, me recuesto en el marco dándole un último vistazo al espacio vacío, que espera impaciente a ser llenado por y con mis pensamientos, cierro con suavidad y salgo de ese baldío, vacío, limbo, me marcho.

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