18 de marzo de 2017

ABISMAL ALCÁZAR;RETO#33 EL LIBRO DEL ESCRITOR.

RETO#33 ABISMAL ALCÁZAR.


ABISMAL ALCÁZAR


RETO#33 EL LIBRO DEL ESCRITOR.


PREMISA:Realiza una historia que tenga lugar en el fondo del mar.


ABISMAL ALCÁZAR

Cuando la niebla se esfuma una pared desgastada me saluda, a mi lado Nadia no deja de observar el lugar, como si no hubiese estado aquí desde hace mucho, sin duda lo creería, teniendo en cuenta que este ser ha visto estrellas morir, con un chasquido de dedos el lugar tiembla y se estremece caigo de culo, mientras contemplo como las piedras y masilla regresan a su lugar, cuando el proceso termina, creo que no hemos enderezado y el lugar a recuperado su gloria anterior, ella se gira hacia mi sonriéndome.—lo siento Silvia es que necesitaba un par de arreglos—.arqueo las cejas, pero no me mantengo enojado por mucho, terminamos riéndonos.

—Entonces que es este lugar—.digo, sosteniéndome de su mano y terminándome de levantar, ella hace una mueca aguantando la emoción. —adivina—.me suelta escueta.

Termino de limpiarme la tierra del trasero, mientras barajo las posibilidades, pero una resuena en mi mente. —el recinto de la daga del infinito—.lo digo antes de pensarlo a profundidad.

Ella me mira con sorpresa. —el recinto…—.se pausa y comprende mis palabras, me manda una mirada asesina. —aguafiestas, en fin, ven te mostrare le lugar—.comienza a acelerar el paso para tener piernas cortas es bastante rápida.

Me sorprende que no me allá preguntado cómo lo sé, a lo mejor ni le interesa, está confiada.

—Este solía ser mi—.se golpea el mentón buscando las palabras.—los que los humanos llaman casa de muñecas—.mantengo esa palabra en la lengua, cuando ella abre un puerta que da a un gigantesca sala, con luces etéreas brillando en toda la circunferencia de paredes cubierta de grabados e imágenes que no logro entender.

—me estas jodiendo Nadia, este lugar es gigantesco—.muevo la manos para acentuar la sensación, me detengo cuando mi bolso comienza a resbalarse, lo acomodo, tosiendo.

Ella se ríe solamente y seguimos avanzando, hacia el pasadizo donde continúa el lugar, a través de las ventanas puedo ver la oscuridad de la noche, alargo el brazo, para sentir la suave y fría briza.

Abro los ojos de golpee, al chocar contra un pared liquida, esto no es aire, es agua.

— ¿Estamos en un lago?—.pregunto con algo de miedo mesclado con la curiosidad, no es que le tema al agua, pero mis poderes no funcionan igual rodeada de tanto líquido, MR.PACO me explico que es algo mental y no fisiológico, pero no lo he superado del todo.

Vi morir a una buena amiga, por manos de la santa inquisición, los malditos le ahogaron en el rio, atándole piedras al cuerpo, si sobrevivía era bruja, si moría, sus pecados se perdonarían, que estúpida y retrograda forma de justicia es esa.

—no tontita, estamos en el fondo del mar—.se rasca el cuello, como buscando las palabras. —en una galaxia distante, este es un planeta que cree, solo es agua—.me suelta como si fuera una minúscula tarea.

Asiento, secando mi mano contra la tela del vestido opaco.

—venia aquí a menudo antes de que—.su mirada se pierde en el negro océano, apoya sus manos contra la saliente de la ventana. —MR.COCOH acabase con mi familia—suelta con asco y casi susurrando al infinito.

Me acerco tambaleándome cuando todo el lugar empieza a temblar, cuando mi mano le toca el hombro, el movimiento se detiene, se gira hacia mí, veo una lágrima asomarse por sus caramelos ojos, cuando ella nota se gira con brusquedad.

Tose con fuerza y da un gran respiro. —aun no llegamos al lugar que quería mostrarte—.dice volviendo a andar y yo a seguirle.

Trato de no reírme, por el gracioso movimiento que hace con las caderas, cuando está molesta, pero al final termino soltando un risa ahogada, ella sigue andando, a lo mejor no me a oído o no  le importa, lo cierto es que en esto día le eche notado mas distantes, como si suspira algo que yo no.

La otra noche, mientras veíamos anime, me soltó un discursito emotivo de que me quiere y de que haría si me llegase a morir, yo le repetí que eso no pasaría, llora un rato desconsolada en mi hombro, mientras yo trataba de ocultar mi preocupación al no saber qué haría si le llegase a pasa algo.

Creo que no hubiera espacio suficiente en el universo para que el maldito o maldita que se atreva a dañarle logre huir.

Respiro para calmarme cuando mis brazos empiezan a encenderse.

Ella empuja con fuerza las puertas dobles, otra gran sala iluminada se abre ante mí, mis ojos no sabe dónde posarse, si en los enormes candelabros o la suntuosas sillas que siguen dispuestas alrededor de la gigantesca mesa de madera negra.

Pero son las cincuenta y dos puertas de madera oscura con números en oro que destacan, me pregunto hacia donde llevaran.

Siento su suave mano, chocar contra la mía, sujetándola, vuelvo a centrar mi mirada en ella, su mano libre apunta, le sigo con la mirada, son dos gigantesco estandartes me toma reconocer unos segundos quien está en uno de ellos.

Nadia lo nota y se pone en la magnífica pose que está grabado en este.

Es ella, bueno en su forma original, pero ella después de todo.

En el  otro emblema hay un ser de la misma especie de Nadia pero el tono de su escama es más de un tono celeste, le señalo, algo curioso, « ¿será la tercera?».

Ella mira donde le señalo, le veo sonreír algo tímida. —oh, ella es una vieja amiga—.remata la oración de una forma culposa, como si no fuese solo eso, la imagen de la maga sonriéndole en la actuación se me viene a la mente.

Pero en segundos cambia, por sus ensangrentada cara sin vida, en los brazos de Nadia.

Sacudo la cabeza para apartar la imagen, ya eh visto suficiente sangre.

Le veo contemplar la figura, algo absorta, como si recordase viejos sucesos.

Por experiencia sé que es mejor dejar el pasado olvidado, oh corremos el riesgo de que las emociones nos controlen.

Así es, el sitio vuelve a temblar, con fuerza, las paredes empiezan crujir, en parte por la presión del lugar donde estamos y en parte por su rabia.

No logro dar un paso, termino cayendo de culo, contra el suelo de roca.

—la bastarda me engaño, con un cambiante—.suelta con odio, pero eso es bueno, porque el lugar deja de temblar.

— ¿Un qué?—.pregunto antes de pensarlo y me sujeto al suelo, esperando otra remecida, pero pasan lo segundo y todo sigue tranquilo.

—una especie que tiene la habilidad de cambiar de forma, pensé que lo habías pillado, Silvia—.dice irónica y regocijándose en su conocimiento, le echo una mirada asesina, ella solo sonríe.

—creo que llegaron a tener un hija—.dice soltando la palabras con algo de duda.

—Bueno no es mi problema, que cada quien busque su felicidad—.dice encogiéndose de hombros y ayudándome a levantar, tira con fuerza.

Nuestros labios se encuentran, ella sonríe nerviosa, siento el calor de su piel contra la mía, espero que no haya nadie más en este lugar, mis manos bajan hasta sus caderas, su respiración se agita.

La suyas suben deslizándose por mis nombráoslos besos, se han convertido en mordidas.
—la daga—.suelta, separándose a milímetro de mis labios.

—No me conozco esa Nadia, por qué no vamos por algo más tradicional—.le suelto lentamente.

—no tarada la daga del infinito—.cuando termina de formar la oración me separa de ella y toso, hace lo mismo nos miramos nerviosa.

—creo que esto puede esperar, ya sabes—.me señalo con el dedo y luego a ella, asiente y comienza a caminar rápidamente, hacia la puerta número treinta y tres, cuando se abre, me doy de cara con el vacío, pongo la manos en posición de defensa, patéticamente, porque de ser agua, ya me hubiese mojado.

Su burlona risa, resuena en el lugar, le echo una mirada asesina, damos un paso hacia adelante sin saber si caeré, pero confió en ella.

Le tomo de la mano y saltamos hacia el abismo.

Pero no caemos, flotamos en el vacío.

—ya viene—.suelta señalando un punto indeterminado.

No sé qué esperar, el suelo comienza cambiar de tonalidad hacia un rosado cálido combinado con naranja, a lo lejos s contemplo una figura, cuyo rasgos se van definiendo a lo largo que se acerca.

Mierda, es como yo, un poco mejor dotada, pero como yo al final.

Cuando está a un par de metros sonríe y nos saluda.

«maldita sea mira le tamaño de esos pechos», toso y me centro en sus ojos morados y el largo cabello verde que le baja hasta la altura de la cintura que hace juego con su blusa holgada y los pantaloncillos color azul, que terminan en su largas y delgadas piernas.

—hola Silvia—.dice escueta y con un gran sonrisa.

—Como carajos sabes mi nombre—.ella le echa un miradita a Nadia, que se ruboriza.

—no le has explicado Nadia, que mal, bueno no hay problema yo te explico—.dice acercándose hacia y girándose hasta que su brazo me envuelve y comenzamos a caminar apartándonos de Nadia, volteo a mirarle, ella siente, es suficiente, sigo caminando.

—versa, tú eres una de la cincuenta y dos versiones de Silvia que existen una para cada realidad—.ladeo la cabeza algo confundida, ella ríe bajito.

—oh, lo siento veras—.hace aparecer una figura de papel de la nada esta resplandece en una aura multicolor—.cada ser tiene cincuenta y dos versiones de sí mismo en las realidad, esparcido en ellas—.la figurita muta y se multiplica, cada copia es distinta peor mantiene algunos rasgo de la original.

—En tu caso el rasgo que se mantiene, es el cabello verde y los ojos morados, el resto cambia—.su cuerpo se aprieta y el mío, entonces cientos los cambios que dice ella, me echa una miradita como si supiese mis pensamientos.

—oh, bueno, eso es algo elevado, recuerda que hay publico leyéndonos—.tose, como si me hubiese dicho algo que no debía. —digo publico viéndonos—.señala hacia atrás, se referirá  Nadia, en fin, me encojo de hombros, restándole importancia a la idea.

—pero de todas formas te agradezco por incluirme en tus fantasías—.maldita sea a leído mis pensamientos, me encojo y ruborizo, mientras ella se echa a reír.

—en fin, el punto es que todas las realidades están relacionadas y ahora algo esta rompiendo ese equilibro—.sur risa se ha detenido y se ha puesto seria, su vos lo refleja.

— ¿El qué?—.pregunto sin sentir el peso de mi duda.

—una de nuestras versiones, esa asimilando al resto de sus pares, al viajar por las realidades—.dice sin mirarme.

—Eso es malo—.digo seria.

No me responde, al menos no con palabras, me muestra como un de los muñequitos de papel empieza a asimilar a otros, entonces obtienes sus habilidades y características.

—si nos toma a todas será imparable, pero ya está creando un gigantesco desequilibrio en la fuerza—.hace una pausa mientras borra lo muñequitos del lugar. —han venido por la daga cierto—.asiento, tratando de asimilar los concepto que acaba de contarme.

«Me pregunto si ya abra asimilado a la mujer que vi en el apartamento de la elfa».

Su mano se ha deslizado, ahora me sujeta de la cadera, la verdad se siente bien, la sensación se me pasa cuando veo la cara de Nadia, resulto ser celosa.

La chica a mi lado sonríe y aparta el brazo, de inmediato Nadia me toma de la mano y le saca la lengua, infantilmente.

Me rio, ambas me Miran, pero no me interesa, yo sigo en lo mío.

Le veo mover las manos y pronto un rectángulo de oscuridad emerge frente a ella, separa los brazos y una delgada línea de energía aparece dividiéndole en dos, cuando la partes se separan.

Una esfera de energía resalta, junta los brazos y entrelaza los dedos, haciendo un pequeño giro con un par de ellos, la esfera se quiebra.

La daga del infinito, aparece.

Es una elaborada pieza de una materia indescriptible, con un mango de plata y oro, cuyas líneas se entrelazan hasta formar una amalgama, que sujeta la hoja.

Que ahora flota ante mí, Nadia me hace una seña, alargo el brazo temblorosa.

Le toco y desaparece ante mí, volviéndose  energía que entra en mi piel y se siente como un cosquilleo eléctrico.

Amabas me miran expectantes y sorprendidas como si esperasen algo.

Solo siento una electricidad magnética que me recorre las vértebras cuando llega hasta arriba de mi columna.

Me quiebro por el dolor, siento como si me despedazaran por dentro y me volviesen a mar.
Caigo al suelo, ve a Nadia corriendo hacia mí antes de desmallarme.


Empiezo a oír ruido sordos, que lentamente se trasforman en algo entendible, que rebota en mi cabeza haciendo eco. —está despertando—.dice alguien que logro identificar como Nadia.

—entonces ha sobrevivido—.responde una vos femenina.

Mi visión comienza a aclararse, cuando lo hace, noto dos cosas.

La primera sigo en la realidad vacía y la segunda estoy desnuda.

—que sucedió—.pregunto torpemente, tratando de sobarme la cabeza, sin éxito es como si hubiese nacido de nuevo y tuviese que re acostumbrarme a usar mi cuerpo.

Nadia me ayuda asentarme. —eres la daga del infinito—.contesta escueta, sin saber el peso de sus palabras.

Un millón de ideas se agolpan en mi cabeza, mareándome.

—Silvia céntrate en mi—.suelta mi igual, me esfuerzo por hacerlo. —eres la primera en sobrevivir al proceso de fusión, quédate con eso. —asiento con lentitud.

—Ahora formas parte de la daga del infinito y la daga del infinito forma parte de ti, en otras palabras eres el único ser en los cincuenta y dos realidades con la capacidad  de borrar algo de la existencia, reescribiendo la realidad para que nuca haya existido, lo que decidas exterminar—.dice y trato de ordenar mis ideas.

Pero la carga es demasiada y vuelvo a desmayarme.

El tiempo que sigue que para mí han sido semanas, transcurre entre periodos de estar inconsciente, cuando estoy despierta, Nadia y la mujer que coincidentemente se llama Silvia, resulto ser un ser de realidad es decir es omnisciente en esta realidad, me explican e instruyen en el uso de mis poderes.

Que se suman a los que ya tenía  como MS.BELCEBU.

También entiendo la verdadera dimensión de Silvia de la realidad uno que está asimilando al resto de sus pares, aumentando sus poderes.

Nadia descubrió que ella es la hija de su ex amiga y el cambiante.

Silvia omnisciente ha logrado detectar su esencia en el confín de una de las realidades, pero no a explicado que no representa un riego, ya que fue contenido.

Aunque no sé si esa palabra se exacta, entendiendo ahora que puede fluctuar entre géneros.

Sobre la otra reptilis no sabemos nada, a l parecer se está ocultando, según nos dijo ella porque le matarían si la llegasen a encontrar, ya que su especia, la misma a la que pertenece Nadia, prohíbe procrear con otra especie.

Más allá del ámbito moral que puedan tener, se basan en que la mescla de especies resultaría en un ser inestable de gran poder.

Resultante de esta  es Silvia de la realidad uno.

Después de otro lapso de tiempo que atribuiría a un par de semanas, amabas concuerdan en que estoy lista para acabar con MR.COCH de ser necesario.

Espero que lo sea.

Cuando salimos, la puerta se cierra tras de nosotras, devolviéndonos al salón donde empezamos.

Pero no estamos solas.

—me presento soy MS.TÂN y eh venido a cumplir la voluntad de mi supervisor MR.COCH—.dice la mujer que reconozco de inmediato, la misma que temblaba frente al cadáver de MS. Galadriel.

Se encontraba hacia delante, a la par que su ropa se rasga, dejando su espalda desnuda a la vista, que comienza a hervir, como si algo quisiera brotar de su interior.

Lo hace y son tentáculos.

De inmediato Nadia truena lo dedos, cuando los apéndices se disparan hacia nosotras.

Caemos sobre la arena caliente, el sol me da de golpe en la cara, pero no nos detenemos Nadia toma mi mano y comenzamos a correr.

Sujeto mi bolso contra mi cuerpo y aumentamos la velocidad, temiendo a lo que sé que le teme un reptilis, sobre todo sabiendo ahora el alcance de su poder y si fuera poco de lo que eh adquirido yo.

Pero no tengo a preguntar, sus dedos vuelve a tronar y cambiamos  a otro lugar, volvemos al anfiteatro donde disfrutamos del show de la elfa, pero ahora no es de noche, un par de soles iluminan con fuerza el lugar estamos en el centro del escenario.

Su brazo está temblando y sus ojos están buscando algo que no está allí.

—Cálmate Nadia—.le suelto, porque ya me está poniendo nerviosa.

—Viene por mí—.logra solar alargando las palabras.

—pero tranquilízate, tus poderes son gigantescos y yo te puedo ayudar—.le digo tratando de calmarle, logro que su respiración se desacelere.

—solo una reptilis puede matar a otro—.suelta girándose sobre sí misma y soltándome la mano.

Entonces ato los cabos y comprendo su nerviosismo.

—Tienes que matarme—.me suelta escueta y yo le echo una mirada de confusión y miedo.

—De ninguna manera Nadia, siempre hay otra solución—.digo firme, además de que estoy jodidamente en contra de la idea.

—Crees que yo quiero esto no, Pero es la única solución—.sacude la cabeza apartando las ideas, pero más bien como si las buscase.

—ya sabes que tiene la capacidad de asimilar a otros seres, viste los tentáculos ,cierto—.me recalca esto, como si no estuviese segura de que lo que vio fuese real, asiento y suspira.

—Si absorbe mis habilidades, será imparable—.dice ahogando un grito nervioso.

—pero podemos matarle con la daga del infinito—.me señalo, pero ella niega, vuelvo a repetir el gesto como si no lo hubiese pillado, pero sigue sin aceptarlo.

Entonces le sujeto por los hombros, pero sigue temblando, respiro y le abofeteo un par de veces, hasta que se centra.

—joder, Nadia por qué no, sabes que soy capaz, ya controlo lo poderes a un nivel aceptable—.ella tose y respira un par de veces, se ha tranquilizado.

—lo he pensado, pero si acabas con ella, MR.COCH sabrá que lo hiciste, por lo tanto sabrá que tenemos la daga del infinito y perderemos la única ventaja—.ladeo la cara al escuchar su nombre, pero no lo descarto.

No me da tiempo a responder, cuando una risa malvada se acerca hacia nosotras, volteo y le veo.

Su cuerpo se mueve extrañamente, su mirada desviada y sonrisa macabra, conjugan con el enorme par de tentáculos que sobresalen de su cuerpo, esta media desnuda pero no le importa.

Ahora entiendo que no importa a donde huyamos, siempre no encontrara.

Estoy entre la espada y la pared, entre lo que siento por Nadia y completar mi misión.

No quiero perderle pero tampoco puedo morir, no ahora, no así.

Asiento con lágrimas en los ojos y desaparecemos.

Contemplo las altas montañas que bordean el valle color magenta, reconozco el lugar, aquí fue donde Harry me entreno.

La luz de los soles me baña con su calidez, por un segundo quiero perderme en ella, distanciarme de lo que hare, pero me obligo a mirarla.

A mirar al único ser que llegue a amar.

Nadia me sonríe, algo nerviosa.

Acerco las manos y sujeto su cabeza entre ellas, acercándola hacia mí.

Sintiendo sus latidos, su olor, su esencia una última vez.

—es necesario—.me dice tranquila, yo asiento, entre lágrimas.

—no dolerá—.suelto como si eso aliviase la situación.

Todo se detiene, el sonido del bosque, el aire chochando y silbando contra las rocas, solo somos nosotras.

Levanto su cara hacia mí, ella pone sus manos contra mis mejillas y la beso.

Hasta que ciento el sabor a cenizas en la boca.

Nadia ha muerto.

Me quedo allí de rodilla contemplando, las partículas que se pierden en la brisa, pensando en que ahora es libre, como si esa idea aliviase mi dolor.

—maldita bastarda—.suelta el engendro que se acerca, me levanto de golpe.

El dolor es consumido por mi odio.

En un segundo las llamas inundan el lugar, en un segundo me vuelvo MS.BELCEBU.

La lagrimas se evaporan por la temperatura aumentando, los árboles se desintegran, la tierra se quiebra, las rocas explotan.

Su sonrisa se borra.

Camino hacia ella envuelta en llamas, por un segundo veo miedo en sus ojos y siento un pecaminoso placer por ello.

—soy el dolor, soy la venganza, SOY TU MUERTE—.me abalanzo contra ella.

Quiebro sus tentáculos como si fueran de caramelo, no me detengo ante el dolor, la furia es más fuerte, me mantiene de pie, la lava ha comenzado a aflorar llevándose todo a su paso.

La escucho gritar, mientras la sujeto contra el magma, ahogándola en este.

Saco la mano que resplandece por las partículas extremadamente calientes, pensando que ya todo acabo.

Un apéndice me golpea lanzándome a varios metros, diciéndome que no.

Caigo de lleno sobre el magma, que para mí es como  una ducha.

Muevo las manos y formo columnas a mí al rededor.

Un esqueleto maltrecho se levanta, sostenido por sus apéndices, pronto como un pastel, las capas de musculo, carne y piel, vuelven a formarse.

—puedes matar a un reptilis, puedes matar a un cambiante, pero no a mi yo soy la perfección, arrodíllate ante mí y tu muerte será rápida—.suelta con un vos de ultratumba.

Sonrió y le lanzo las columnas de lava, pero ella sigue avanzando, es más acelera el paso.

Proyecta un tentáculo hacia mí, lo freno a penas con un muro de lava, luego otro y otro, hasta que mi defensa se quiebra y me dan de lleno

Penetrando mi cuerpo, siento como si me succionara el alma, lucho por zafarme, pero solo consigo que se hundan más.

—Que pasa la pequeñita se cansó de pelear—.dice burlona acercando su cara hacia mí.

Sus labios se encuentran con mis dientes, logro morderle.

Siento su palma golpear con tal fuerza que el fuego se apaga un segundo por el aire que desprende le movimiento.

—Lucha eso lo ha divertido—.sus huesos desparecen en su piel, para forma una gran y macabra sonrisa.

Parece una araña sacada del mismo infierno, al alejarse su cuerpo se sostiene en el aire apoyada en el magma, ya no le molesta.

Mi fuerzas flaquean, mis brazos se sueltan, como si ya no lo controlasen, le veo regodeándose, al asimilar mi energía.

Las llamas comienzan a apagarse.

Con un quejido lastimero, cierro los ojos y trato de recordar algún lugar feliz, algún lugar donde pueda escapar lejos del dolor, que me recuerdo que en el fondo aun esta esa niña asustada, la que intente ocultar levantando muro de determinación, muros que finalmente se están desmoronando.

Pero solo logro ver el vacío del espacio, un lugar negro e inerte, donde van a morir, los seres.
Empiezo a sentir el frio helándome los huesos, mis llamas se están acabando.

He fracasado, le he fallado a MR.PACO, a Nadia y lo que más me duele a mí misma.

El reinado de terror y tiranía de MR.COCH será perpetuado.

Todo queda en silencio, dejo de sentir las garras succionándome la vida, su macabra risa se apaga, ciento que floto.

Hasta que un ligero sentimiento de vacío y soledad se apodera de mí.

Pero no se va, se mantiene, ya debería haber muerto.

Abro los ojos, ya no estoy en ese quemado mundo, sino flotando, el mar de puntos brillantes me lo confirma.

No estoy muerta, estoy en el espacio flotando.

Me concentro en mi interior intentado avivar la llama, que crepita débil, la alimento con mi dolor, pero solo logro que crezca un poco, entonces respiro con el poco aire que me queda en los pulmones.

Empiezo a recordar Nadia, las cosas que pasamos, el amor que compartimos.

La llama, se vuelve un incendio, que me llena y enciende mi cuerpo, que ahora resplandece como una pequeña antorcha.

La fuerza regresa hacia mí.

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